DELINCUENTES CON UNIFORME DE PUNTA PEUCO ARRUINAN CHILE POR SUS MILLONARIAS PENSIONES

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En medio del debate nacional sobre los indultos en Chile, surge una preocupación latente respecto al tratamiento diferencial que reciben aquellos provenientes de estratos sociales bajos en comparación con figuras militares de alto rango condenadas por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar.

Programas emblemáticos de la televisión chilena, como Tolerancia 0 de Chilevisión o Mesa Central de Canal 13, han sido señalados por su enfoque desproporcionado y sesgado al abordar el tema de los indultados, especialmente aquellos vinculados al denominado «Estallido Social», que algunos prefieren llamar Levantamiento Popular.

En este contexto, se denuncia una narrativa mediática que, lejos de esclarecer, parece contribuir a estigmatizar a ciertos sectores de la sociedad. En repetidas ocasiones, se han difundido informaciones sesgadas y falaces que apuntan a desprestigiar a jóvenes afectados por la represión estatal durante las manifestaciones, quienes perdieron la visión debido a la violencia policial durante el gobierno del presidente Sebastián Piñera.

Por otro lado, existe un contraste notorio en la manera en que se aborda la situación de los militares condenados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Generales, coroneles, capitanes y otros rangos militares implicados en crímenes de lesa humanidad gozan de privilegios notables, incluyendo pensiones exorbitantes, sin que este hecho parezca suscitar el mismo nivel de indignación en la opinión pública ni en los medios de comunicación.

Pese a las evidencias de abusos y crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad durante la dictadura, las altas esferas parecen mostrar una tolerancia inusual hacia estos actos, lo que genera interrogantes sobre la verdadera independencia y equidad del sistema judicial chileno.

En un contexto donde la justicia y la imparcialidad son fundamentales para la consolidación democrática, resulta imperativo cuestionar y reflexionar sobre las prácticas y discursos que perpetúan la desigualdad y la impunidad en la sociedad chilena.


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