MILITAR DELINCUENTE MUERE LUEGO DE DISPARAR A CARABINEROS
En Chile, la confianza de la población común está en entredicho, evidenciada por la creciente incertidumbre sobre a quién confiar. Un claro ejemplo de esta desconfianza es la propuesta de la clase política de desplegar fuerzas militares altamente armadas en terminales de buses, estaciones de tren y en áreas que ellos consideran estratégicas.
Lo preocupante de esta situación es que los medios de comunicación tradicionales han optado por silenciar una noticia de gran relevancia: un incidente en el cual un militar en estado de ebriedad disparó contra funcionarios de Carabineros de Chile. Este hecho queda sumido en la impunidad comunicacional, revelando una suerte de complicidad que algunos perciben como un intento de instaurar una especie de dictadura en nuestro país.
Es evidente que tanto las fuerzas militares como la institución de Carabineros enfrentan problemas significativos de corrupción. A este panorama se suma, San Antonio donde siete funcionarios de la cuestionada institución de Carabineros de Chile fueron dados de baja.
En este contexto, surge la preocupación ciudadana por ser protegidos de la delincuencia, como también de actos corruptos y comportamientos inapropiados dentro de las propias fuerzas de seguridad. La demanda ciudadana es clara: la necesidad de un resguardo efectivo y confiable, independientemente de la procedencia de la amenaza. En este clima de desconfianza, la sociedad clama por medidas que garanticen la seguridad ciudadana sin caer en manos de quienes han perdido la confianza del pueblo.