CATHY BARRIGA AHORA BAILA CON LA JUSTICIA EN CHILE

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En un capítulo vergonzoso para la historia municipal de Chile, el escándalo en torno a la ex alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga, ha sacudido los cimientos de la confianza en la justicia y en la integridad de las instituciones gubernamentales.

El juez Hugo Salgado, al dictar su veredicto, parece haber enviado un mensaje claro: la justicia no siempre es ciega. En este caso, deja entrever que si cuentas con influencias políticas o perteneces a la élite económica, las consecuencias por realizar actos de corrupción pueden ser mucho menos severas.

El caso de Barriga, quien ha sido señalada como responsable del mayor fraude municipal en la historia de Chile, resalta una vez más la brecha entre aquellos con poder y recursos y aquellos que no lo tienen. Aunque los detalles específicos del fraude aún están emergiendo, el contraste con casos similares es notorio.

Tomemos, por ejemplo, el caso del ex alcalde José Luis Yáñez, encarcelado por un monto de mil millones de pesos. También tenemos el caso de la alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, que enfrentó la prisión por veinte millones de pesos. Ambos casos, a pesar de la gravedad de las acusaciones, muestran que la justicia ha actuado con mayor firmeza en comparación con el de Barriga.

Las conexiones políticas y el poder parecen haber desempeñado un papel crucial en este drama. Barriga, siendo del mismo sector político que Yáñez y Rojo, no ha enfrentado las mismas consecuencias. Esto plantea preguntas sobre la imparcialidad de nuestro sistema judicial y si la igualdad ante la ley es más un ideal que una realidad tangible.

Lamentablemente, este caso refleja una tendencia preocupante: un Chile que, a pesar de las protestas ciudadanas y las demandas de un cambio profundo, parece estar retornando a las prácticas que tanto se repudiaron. La idea de un «Oasis» perfecto para unos pocos, mientras el resto de la población sufre las consecuencias de la corrupción, vuelve a cobrar relevancia.

La inevitable conclusión es que Cathy Barriga no enfrentará un día en prisión. Esto no solo es un golpe a la confianza en el sistema judicial, sino también una dolorosa aceptación de una realidad que contradice las aspiraciones de una sociedad más justa y equitativa. El país que muchos quisieron y lucharon por construir parece desvanecerse, dejando a los ciudadanos con la difícil tarea de asumir que la justicia, a veces, está lejos de ser equitativa y que las promesas de cambio pueden desvanecerse en el aire.


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