Editorial

Evelyn Matthei: Heredera de un legado de horror que amenaza con volver a las sombras de Chile y el mundo

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En medio de la campaña presidencial más compleja y polarizada de Chile, la figura de Evelyn Matthei revive un pasado que aún duele, un capítulo oscuro de la historia nacional marcado por asesinatos, torturas y violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidos durante la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet. Su vínculo directo con ese régimen, a través de su padre, el general Fernando Matthei, y su pertenencia a un partido político fundado por Jaime Guzmán, uno de los principales artífices de una Constitución que perpetuó la violencia política y social, obligan a reflexionar sobre la ineludible lección que debe quedar para todas las generaciones.

La historia de Chile nunca podrá ni debe ser borrada ni justificada. Los crímenes cometidos por pensar distinto no tienen, ni deben tener, contexto ni excusa alguna. El horror vivido por miles de víctimas – detenidos desaparecidos, ejecutados políticos, torturados y exiliados – representa una de las páginas más trágicas y dolorosas no solo para Chile, sino para toda la humanidad.

Esta realidad debe ser un llamado universal: nunca más dictaduras, ni regímenes que instauren el terror como herramienta política. Nunca más asesinatos ni persecución por expresar ideas o buscar justicia. La memoria histórica y la justicia social deben ser pilares imprescindibles no solo en Chile, sino en cualquier nación que anhele un futuro de paz y respeto.

El nombrar a Evelyn Matthei en este contexto no es para estigmatización personal, sino para enfatizar cómo la política chilena a menudo se entrelaza con legados que no pueden ser ignorados ni minimizados. El país y el mundo deben aprender de este capítulo para construir sociedades donde el diálogo, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos prevalezcan por encima del autoritarismo y la violencia.

Que el dolor de aquel pasado nos impulse a fortalecer las garantías democráticas y los derechos fundamentales, asegurando que experiencias nefastas como las que vivió Chile jamás vuelvan a repetirse, aquí ni en ninguna otra parte del planeta.


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